La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 800.000 personas mueren por suicidio cada año – una persona cada 40 segundos–. Además, los intentos de suicidio ocurren hasta 25 veces más. El trágico efecto dominó hace que haya muchísimas más personas afectadas por el suicidio, por la pérdida de un ser querido o porque alguien cercano ha intentado acabar con su vida. Y esto sucede a pesar de que el suicidio se puede prevenir. 

Conectar, comunicar, cuidar‘ es el lema del Día Mundial de la Prevención del Suicidio de 2016. Estas tres palabras están en el centro de la prevención del suicidio.

 

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