El artículo, firmado por Enrique Morán, periodista onubense que fue distinguido en 2015 por Feafes Andalucía con el premio a los medios de comunicación, subraya que «la fundación de tutelas, que dio sus primeros pasos hace 22 años, está en pleno funcionamiento desde 2007 y en un proceso de consolidación tras atravesar una etapa muy dura a causa de la crisis económica. De las 25 personas que tenían a su cargo a mediados de 2012 se ha pasado a 36. A éstas hay que añadir a otras 10 cuyos expedientes se encuentran en la actualidad en tramitación, pendientes de resolución judicial».
Morán precisa que «La Fundación Onubense de Tutelas es un recurso puesto a disposición de aquellas personas que, por su incapacidad mental, no tienen sus facultades a un nivel adecuado como para tomar decisiones por sí mismas. Está integrada por la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental. Faisem; la Diputación Provincial; la Delegación Territorial de Igualdad de la Junta de Andalucía; el Ayuntamiento de Huelva; Feafes-Huelvay la Confederación Española de Organizaciones en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps)».
El 75% de las personas tuteladas por la Fundación Onubense de Tutelas, padecen trastorno mental grave. A ese porcentaje hay que añadir, actualmente, un 15% con discapacidad intelectual y el resto, con deterioro cognitivo producido por ejemplo, por el alzhéimer.
Enrique Morán, precisa en su artículo que «la incapacitación siempre es una decisión judicial, aunque a ésta le precede un diagnóstico médico. El proceso suele tomar un año. En su transcurso, se le adjudica un defensor judicial -encomendado por el juez- que vela porque el procedimiento se haga correctamente y no se perjudiquen en nada los intereses de la persona».
Muriel Camacho, profesional de la Fundación, recordó que cuando hay un caso de incapacidad por discapacidad intelectual o mental, «lo habitual es que la tutela la asuman sus familiares directos, pero a veces éstos renuncian. En ese caso, y si el juez lo estima oportuno, se suele buscar un tutor en el resto de la familia. Si tampoco esta opción da fruto, la fundación tiene casi todas las posibilidades de asumir la tutela».