La Casa Hogar La Esperanza abrió ayer sus puertas con motivo del Día Mundial de la Salud Mental para dar a conocer la labor que realiza en este centro, que se encuentra frente al antiguo hospital municipal. Este recurso de la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (Faisem) tiene capacidad para 20 usuarios, aunque actualmente atiene a 18 pacientes, que residen en estas instalaciones, y a una persona que acude a diario.

Participaron en estas jornadas de puertas abiertas vecinos de la zona y familiares de los pacientes, además del concejal de Asuntos Sociales, Helenio Lucas Fernández, además de miembros de la asociación Familiares, Allegados y Personas con Enfermedad Mental (Faem, y de la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Afemen) de Algeciras, que estudian la posibilidad de solicitar un centro de estas características para la ciudad algecireña.

La responsable de la casa hogar, Isabel Orozco, fue la encargada, junto a los monitores del centro -son un total de 13- de mostrar a los asistentes las instalaciones, explicar el día a día de los usuarios, las actividades que realizan, el funcionamiento del centro y las peculiaridades de los pacientes. «El centro es de puertas abiertas. Somos todos monitores, no tenemos medios de contención porque trabajamos con gente que están equilibradas gracias a sus tratamientos. Esto es una casa hogar, que es donde están los pacientes más dependientes. El objetivo es que luego puedan pasar a la vivienda supervisada que tenemos en Los Barrios, donde hay 10 usuarios, y el siguiente paso sería el paso a los pisos tutelados de Algeciras, donde ya están con una baja supervisión. Vamos trabajando con los usuarios para que puedan evolucionar y ser más autónomos, pero eso depende del grado de cada persona, de su estado… Por eso no todos lo consiguen», explicó la responsable de La Esperanza.

«Nuestro trabajo diario está dedicado a la parte más personal, como el aseo, la comida, que se tomen la medicación… También salen a la calle a hacer actividades. Cuando pasan a la vivienda supervisada le enseñan a hacer la compra o a poner la lavadora, con la idea de que puedan pasar al piso y ser una persona autónoma casi totalmente. Pero eso depende de las características de cada uno. Hay algunos usuarios que tienen un nivel bastante alto de dependencia y sabemos que no van a llegar a un piso tutelado», indicó Orozco.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan estos pacientes en el desconocimiento y la estigmatización por parte de la sociedad, de ahí que Faisem decidiera organizar estas jornadas. «Hay mucho desconocimiento y mucho que avanzar en el tema de estigmatización, que viene dada por el miedo y el desconocimiento. Las personas que han asistido a estas jornadas suelen verlo desde fuera y hoy hemos intentado que lo vean desde dentro, que estas personas tienen una vida como la nuestra, aunque con algunas limitaciones. Hay una gran labor pendiente de información sobre la salud mental, sobre lo que pueden hacer o no… Y es muy importante que se sepa que todos no son agresivos, ni mucho menos. Hay una relación entre enfermedad mental y agresividad, que es lo que nos transmiten los medios de comunicación. Se suele escuchar que una persona con enfermedad mental, como esquizofrenia, ha matado a alguien o ha hecho algo malo, pero en realidad te acercas a ellos y no es así. Ninguno de los 18 usuarios que hay aquí es agresivo, y en los siete años que llevo trabajando con estos pacientes sólo he conocido a uno con agresividad. Haberlos sí los hay, pero no es tan habitual», indicó la responsable del centro.

Después de realizar esta jornada, Isabel Orozco espera que la experiencia se repita pronto. «Como responsable del centro me siento agradecida a las personas que han venido a conocernos de cerca. Agradezco que hayan venido y compartido un rato de sus vidas con nosotros. La experiencia ha salido bien y esperamos hacerla con más asiduidad. Ha surgido por el Día Mundial de la Salud Mental y creo que lo podemos hacer en más ocasiones. Por ejemplo cada cierto tiempo invitamos a las familias a una merienda. Me parece que es bastante positivo para nosotros, para los usuarios y para la gente que pueda venir», sentenció.